El Bosque Pintado de Oma nació en 1982, cuando Ibarrola empezó a pintar sobre los pinos cercanos a su caserío con la intención de utilizar el paisaje como lienzo. Poco a poco, fue creando conjuntos artísticos compuestos por figuras humanas, curvas o líneas rectas y círculos de colores intensos, aprovechando los distintos planos de profundidad. Ayudado por dos estudiantes de Bellas Artes de la Universidad del País Vasco, el espacio fue ganando en complejidad hasta dar como resultado la gran obra que estuvo abierta al público hasta 2018.
Ese año, la Diputación Foral de Bizkaia inició las labores par hacer perdurar el Bosque, que se encontraba ya deteriorado debido a la acción del paso del tiempo, una enfermedad que afectaba a los pinos y también a diversos actos vandálicos. Tras cinco años de trabajo, se ha conseguido trasladar las pinturas originales a otro lugar cercano, para lo que ha sido necesarioi pintar un total de 800 pinos que reúnen 34 conjuntos de imágenes, entre ellos algunos tan populares como el Arco Iris de Naiel y Los Ojos. Para poder visitar el lugar, es necesario reservar entrada a través de la web de la propia institución.
Gracias a este esfuerzo de regeneración y conservación, es posile admirar la obra más emblemática de uno de los artistas vascos más importantes de la historia, que hunde sus raíces en la corriente artística denominada Arte y Naturaleza, nacida en los años 70 del pasado siglo.
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