Del 3 al 19 de febrero en el Teatro Nacional de Cuba.

SINOPSIS

Autor de 20 obras teatrales fechadas entre 1919 y su fusilamiento en 1936. “La casa de Bernarda Alba” constituye una de las últimas producciones de Federico García Lorca, distinguida por conjugar poética plástica y sencillez narrativa. Su obra, cargada de calidad y armonía, se ha convertido, a través de la historia, en interés para diversos públicos. La creación de García Lorca tiene como característica inherente la exposición de las más íntimas pasiones humanas, abordadas desde una cotidianidad sin excesos ni exageraciones. El dramaturgo, de origen español, llevó al teatro una sociedad que, por tan común, había quedado invisibilizada para las artes escénicas. Creó tramas espectaculares cargadas de cotidianidad, desprendiéndose, así, del costumbrismo, melodrama, y populismo característicos de la época. En ese sentido, la sutileza literaria de sus textos devino en construcción de personajes emblemáticos y al mismo tiempo reconocibles, que permiten la identificación por parte del público. García Lorca tuvo la magnificencia de crear atmósferas sumamente reales y sencillas, orquestadas por las propias tramas de los personajes, los que, mediante su interacción, componen el mundo rotundo y atemporal de la tragedia.

PRESENTACIÓN

Como marco hemos elegido apartarnos cuidadosamente al realismo y seguimos el camino de lo onírico: paredes interminables forradas de lienzos blanquecinos que matizan texturas, grietas, rugosidades, y que apenas dejan ver dos ventanucos enrejados, como único contacto con el mundo externo. Dichos muros hablan, en su movilidad, de un más allá de las leyes de la física; simulan fronteras construidas por palabras, y, en tanto tienen carácter mutable. Estructuras indelebles, elásticas, por momentos severas como piedras, pero, de cierto modo, inconsistentes como algunas expresiones. En cuanto al espacio, el sillón vacío que puede ocupar cualquiera y que, Bernarda Alba en su posición de Doña, hace suyo. Desde ese trono construye dos tiempos: el del dominio y su contrario. Su bastón de mando hace tambalear a todos en escena, mientras la joven asalariada, dejando atrás ese mundo de represión, crea, con palabras y con actos, momentos novedosos, que hacen confluir los más diversos matices.

DE LA PUESTA EN ESCENA

En nuestra lectura la obra apunta a una metáfora del dominio en sus manifestaciones más primigenias: la casa como prisión, la sensualidad prohibida, la coexistencia tiránica, la palabra a modo de sentencia… Al mismo tiempo que emergen: sumisión, insolencia, rencor, rebeldía, envidia… Una fusión entre situaciones y sentimientos que conduce a la desesperación y el exterminio, contexto que el autor resuelve con un punto de fuga sin precedentes: la libertad, encarnada por la joven criada. La apuesta estética de la dirección tiene como premisa transmitir a las intérpretes la dolorosa y necesaria verdad que los personajes reclaman. La musicalidad íntima del texto se logra mediante el empleo de melodías nítidas y un ritmo muy próximo a ciertos palos del flamenco, cargados de contundencia y economía de gestos.

D e s t a c a l a r o t u n d i d a d  d e  l a e x p r e s i ó n , l a p a s i ó n sangrienta que chorrea en boca de los personajes presentes y los creados por ausencia. Ese paisaje de contrariedades habita en los cuerpos de las actrices, en cada uno de sus movimientos escénicos, en la forma coral de hablar, y, a través de la música y el texto, compone cuadros estáticos y planos en acción. Me preguntaba entonces: ¿cómo podría, de manera novedosa, montar un clásico mil veces llevado a escena? ¿Cómo ofrecer una producción diferente al público, a ese pueblo siempre exigente, que merece altura de miras para ser sorprendido? Para lograr tal cometido debía comenzar por una lectura con nuevos ojos, desentrañar la obra, escuchar la voz del autor más allá de la superficie, trascender lecturas habidas, y conceptos trillados. La generalidad de montajes que he visto de Bernarda Alba, reducen el texto, casi, a una obra costumbrista, a través de la escenificación supuestamente realista y la interpretación declamatoria, donde el movimiento, que el autor del texto y el propio texto en sí ameritan, queda reducido a su dimensión más roma. Tenía, entonces, que hallar la metáfora, la metáfora total que significaba y contenía ese texto. Lorca dibujaba mundos oníricos, imágenes poéticas, atmósferas extrañas, no dramas costumbristas y realistas.

PALABRAS DEL DIRECTOR

SOBRE EL MONTAJE

En el año 2017 releí todas las obras dramáticas de Federico García Lorca con la intención de crear un espectáculo basado en el universo del poeta. Al adentrarme en la lectura de La casa de Bernarda Alba, su última creación, tuve la certeza, en ese instante, de que debía acometer su montaje. Leer ese texto supuso un giro del destino a mi idea original. Un escalofrío recorrió mi cuerpo al escuchar las últimas palabras que Bernarda dice ante su mundo; “Silencio, silencio he dicho, ¡Silencio!” En ese momento cerré los ojos e imaginé el teatro lleno, haciendo un silencio dramático, rotundo, universal. Era un final de tragedia, un final para el teatro, un final de silencio en nombre de todas las tragedias humanas. Así lo viví yo, y sólo por llegar a lograr ese final en una obra, en el teatro, ya valía la pena intentarlo. A veces las razones que nos llevan a elegir determinado proyecto están tejidas con pequeños detalles, impulsos irracionales, reflejos únicos, volcánicos, flechazos de amor ante una simple frase. Una clase ya mustia sobre la que Lorca quiere dejar un testimonio a modo de DOCUMENTAL FOTOGRÁFICO. La familia de Bernarda Alba vive sustentada en la filosofía del TENER: tener herencia, tener tierras, tener dominio, tener amor; contraria a los anhelos y aspiraciones de una nueva sociedad trabajadora y campesina que quiere SER Y ESTAR, personificada aquí, en la joven criada sin nombre, consciente de sí misma, y con valores distintos a los de esa burguesía arcaica y moribunda. Un choque de intereses entre dos ideas del mundo -Tener Versus Estar- que desató la guerra de 1936, y cuyo desenlace favoreció a familias como la de Bernarda Alba. Esa “clase” de personas que fueron, al fin y al cabo, las que arrebataron de nuestras manos la vida de Federico García Lorca. Pero nosotros, los actores, nos quedamos con SU VOZ. Me aferré a sus palabras hasta que lo encontré. No lo descubrí en los diálogos de los personajes, no, sino en un subtítulo, a modo de prólogo, que el propio autor anota y que, a las luces de hoy, me continúa pareciendo inquietante:

“ESTOS TRES ACTOS TIENEN LA INTENCIÓN DE UN DOCUMENTAL FOTOGRÁFICO.”

La frase me llamó poderosamente la atención, ¿a quién retrata? ¿Por qué documental? Preguntas artísticas que fueron fraguando en mi interior una lectura propia de la obra, y me guiaron a tomar mis propias decisiones en cuanto al camino estético: Un RETRATO de familia: la de Bernarda, que pertenece a una burguesía terrateniente con tintes aristocráticos del propio pueblo de Lorca. Una CLASE MUERTA y en decadencia, a mi parecer, una clase social metafóricamente muerta, porque ya no tiene espacio en el nuevo tiempo social incipiente, pero a la que el triunfo del fascismo le daría un nuevo aliento.

Al enfatizar, a través de la interpretación de las actrices, las complejas relaciones de odio entre las hermanas, sentimiento que puede convertirse en devastador por cualquier causa, ellas son las protagonistas y no el AUSENTE (Pepe el Romano), con lo cual, de una obra costumbrista transmuta a tragedia, puesto que resalta los rasgos de los personajes y los convierte en referentes. Desplazamos el punto de vista hacia lo íntimo de cada mujer, más allá de las apariencias y, al mismo tiempo, las relaciones marcadas por una gestualidad SIN movimientos cotidianos conforman un estilo de actuación y gestus armoniosamente trágico, sin atisbo alguno de melodrama ni costumbrismo. Una actuación y puesta en escena SIN ARTIFICIOS. La corporalidad de los personajes se asemeja más a muñecas inertes que a personas vivas. De un pronunciado marcaje del gesto, un acento rítmico en la manera de hablar los textos, un movimiento que recuerda a ciertos pasos de baile flamenco por su economía de gestos, su contundencia y su contención. LA CASA DE BERNARDA ALBA contiene esencialmente el paisaje atemporal y rotundo de la Tragedia, en el que se va desvelando, a través de los personajes, la contradicción entre el interior de la casa y el mundo exterior, entre las voluntades individuales y un camino sin salida, sin solución.

PROPUESTA ESTÉTICA

Los personajes son almas errantes en una casa en guerra, presentados –personajes y casa- a modo de Prólogo por una Gata y un Niño muertos, personajes extraídos de la obra ASÍ QUE PASEN CINCO AÑOS. Los dos acaban de morir pero no lo saben, y representan el momento justo antes de ser enterrados. Una violonchelista toca en vivo apoyando con su música la emoción de cada escena, como una VOZ más dentro de la Casa. Paredes por cuyas grietas entran espadas de luz. Casa de sombras. Calor aplastante, pesado como el plomo. La Casa, el Violonchelo, así como el Calor, simbolizan personajes en este montaje. La JOVEN CRIADA representa OTRO TIEMPO, es la luz en ese mundo de sombra, es ese punto de fuga hacia la libertad, que tendrá en nuestro montaje LA ÚLTIMA PALABRA.

SIMBOLOGÍA

“Los teatros están llenos de engañosas sirenas coronadas con rosas de invernadero, y el público está satisfecho y aplaude; pero el poeta dramático revive los campos de rosas mojados por el amanecer donde sufren los jornaleros, y a ese palomo herido por un cazador misterioso que agoniza entre los juncos sin que nadie escuche su gemido...”

F. García Lorca

DIRECCIÓN: Carlos Aguilar

Director y parafraseador teatral que inició su carrera con Ricard Salvat en Barcelona y es, en estos momentos, el director de la Compañía Teatral CLAU. Su andadura recorre la dirección en obras del calado de ”De noche antes de los bosques” 2006.- Koltés,B.M.; ”Pagina en blanco” 2009.- Autoria Colectiva; ”Como la lluvia oblicua” 2010.- Autoria Colectiva Es miembro del “Laboratorio Rivas- Cherif” del Centro Dramático Nacional de España. Se formo, academicamente, en el “Col.legi del Teatre”de Barcelona. CLAU Compañía Teatral tiene su sede en la Ciudad de La Habana, Cuba, desde el año 2020

Ellas viven en un pozo

El espacio de la Casa está dominado por la boca de un pozo situada en el techo y otra en el suelo. Desde ese agujero caen cinco cubos de agua sujetados por cuerdas que suben y bajan dependiendo del estado emocional de cada escena. En el pozo del suelo aguas estancadas dibujan reflejos de luz en las paredes y en los rostros de los personajes. Un butacón de piedra similar a los tronos de la Grecia Antigua preside el espacio, desde el cuál Bernarda vigila sin descanso a sus hijas, a quienes mantiene bajo su dominio. Con este espacio escénico hemos querido transmitir al público la sensación de que esta familia vive bajo tierra, en el interior de un pozo, en concordancia con el propio sentir de sus vidas.

ESCENOGRAFÍA

“Es tan necesaria esta obra como imprescindible el teatro en cualquier tiempo humano”

C. Aguilar Redondo

“Las heridas ocultas son las mas profundas”

W. Shakespeare

“En esta existencia es fácil morir. Construir vida es lo complicado”.

V.V. Maiakovsky

En el invierno del año 2006, en Barcelona, a dos profesionales del teatro de trayectoria diferente y formado, uno de ellos, en el Col.legi del Teatre de esa ciudad, les adviene la perentoria necesidad de crear un sello desde el cual comenzar a pergañar un camino incierto aunque innegociable hecho de la concreción de una práctica primera en el teatro de calle, de representaciones en el estado español y en Latinoamérica de obras de Brecht, y de la necesaria formación teórica que la actuación, que la dirección, conllevan: Adorno, Benjamin, Stanislavski, Grotowski, Mayerhold, Lunatcharsky, Maiakovsky y el propio Brecht. De esa experimentación convertida en experiencia nace LA CLAU tan polisémica como la misma palabra - llave, clave- indica en su búsqueda de un teatro tan ajeno al naturalismo como a lo excéntrico. Un teatro que es más acción que representación, mas poética que lírica, que secuencia la estructura lógica del texto para convertirlo en interrogación suspensoria de un público así parte del hecho teatral, que advierte la dirección de obra como proceso y a la propia obra creadora de Compañía. LA CLAU se ha hecho marca construyendo las representaciones, *”De noche antes de los bosques” 2006.- Koltés,B.M. *”Página en blanco” 2009.- La Clau *”Como la lluvia oblicua” 2010.- La Clau *”La casa de Bernarda Alba” 2018.- Garcia Lorca,F. de las cuales y con las cuales hemos captado que CLAU es una concentración direccionada de esfuerzos y saberes, de soledad creativa en una carrera de fondo de investigación desde la creación y de la creación artística; un tiempo en el que perdimos el absoluto LA para ganar el ser y estar como CLAU, sencillamente.

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Carlos Aguilar

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