Exponente de la experimentación ligada a la rabia y a la electricidad, y del post rock made in Euskadi, el quinteto irundarra sigue haciendo ruido 13 años después de su primer ensayo. La intensidad preside cada concierto de un grupo que presenta ‘Animalia lotsatuen putzua’, su quinto disco.
Buenas dosis de punk, rock y posthardcore. Esto promete Lisabö en su actual gira. No se anda con chiquitas el grupo guipuzcoano que descubrió a buena parte de la audiencia euskaldún la desgarradora intensidad del post rock y que ahora presenta ‘Animalia lotsatuen putzua’ (‘El pozo de los animales avergonzados’), su quinta entrega discográfica, presentada en su correspondiente hoja promocional como la más enérgica y extenuante de todas. Y, efectivamente, no falta furia en una grabación básica enriquecida con textos de Martxel Mariskal y trufada de ambientaciones reiterativas que podrían tildarse de hipnóticas de no estar agitadas por una base rítmica despiadada y guitarras eléctricas que no escatiman en distorsión.
Quizá sea este el mejor momento de la banda comandada por Karlos Osinaga y Javi Manterola, que debutó en 1999, con la autoedición de un disco grabado en su local de ensayo, y publicó referencias en Esan Osenki, Acuarela y Metak antes de desembocar en Bidehuts, su sello actual.
Probablemente te interese mucho...