El universo del rock and roll necesita bandas como esta que llega de Nashville. Músicos que no se preocupen tanto por salir guapos en la foto, ni por aparentar modernidad, ni por hacer experimentos. Gente como Wez Traylor, Zack Martin, Seth Murray y compañía, que retoza en el sacrosanto polvo de la música de raíz americana. Probablemente poco hipster, pero ésa es su luz; recrear en pleno Siglo XXI sonidos que vuelven a situar los focos en los años dorados de la Coste Oeste yanqui y la fiebre hippy.

El grupo se formó en 2009, en formato trío, y cinco años después es un quinteto y ha editado cuatro álbumes. El último es Dancin' with wolves, un jugoso muestrario de su background y sus inquietudes, una decena de temas que destilan roots rock, rock and roll, alt county, boogie, ecos sureños, gotas de psicodelia... No faltan guiños a las canciones de vaqueros y profundos arreglos de pedal steel guitar, órgano y armónica, etcétera. Una auténtica gozada. A Leon Russell le encantan. Por comentar.