Un esquema bastante minimalista y muy primitivo ha bastado a Guadalupe Plata para dar con una entretenida revisión del blues y del boogie que causa admiración entre la parroquia más underground y rockera. Sus canciones tienen un premeditado punto descacharrado, muestran simpatía por el Diablo y chapotean en lodos que ya aportaban un sonido pantanoso, muy pero que muy apreciado, a títulos como 'Jesús está llorando', 'Serpiente negra', 'Pollo podrío', 'Boogie de la muerte' y 'Satánica'.

Ésas son algunas de las canciones de sus dos primeras entregas (un minielepé, en 2009, y un álbum, en 2011), pero el trío de Úbeda ya promociona su segundo larga duración. El disco se grabó en directo, en un estudio de Austin, en Estados Unidos, y sus autores reconocen, con su característico gracejo, que han buscado involucionar hacia un sonido aún más "basurero y chatarrero". ¿Títulos? 'Lamentos', 'Rata', 'Santo entierro'... Incorregibles.