La compañía Kulunka dedica una conmovedora mirada teatral al alzheimer a través de esta obra gestual con máscaras. Un montaje que evita los dramatismos y muestra la esperanza que hay en todas las situaciones de la vida.
‘Andre y Dorine’ es una de esas pequeñas perlas que de vez en cuando se encuentran sobre un escenario. Una historia conmovedora sobre el amor con mayúsculas, aquel que permanece cuando la juventud hace años que se escapó y el olvido amenaza con llevárselo por delante disfrazado de Alzheimer. Todo con un guión propio basado en el texto ‘Carta a D. Una historia de amor’, del filósofo André Gorz.
La compañía Kulunka es la responsable de esta historia protagonizada por dos ancianos a los que dan vida sin pronunciar una sola palabra, a través del teatro gestual apoyado por máscaras. “Nos enamoramos de ese lenguaje porque es muy directo, no necesita intermediarios. Es un lenguaje universal para una historia universal”, explica la actriz Garbiñe Insausti, integrante de la compañía junto con José Dault. Ese carácter ha permitido que la obra sea representada en países tan distantes como Argentina, China o Nepal
La obra huye de la sensiblería y la lágrima fácil para transportar a los espectadores a un mundo de sentimientos, cautivando al público con una fórmula repleta de ternura y frescura.
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