El rumor del agua contra el casco, el graznido de una garza sobrevolando las marismas, el aire salobre que asciende con la marea… Hay experiencias que solo se comprenden desde dentro, y una de ellas es remar por la ría de Urdaibai. Declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 1994, este santuario natural que abraza Gernika, Mundaka y Bermeo despliega ante el visitante un mosaico de ecosistemas que cambian con cada subida y bajada del mar.
La empresa UR Urdaibai, con años de experiencia en turismo activo y educación ambiental, propone tres formas de explorar este entorno a golpe de remo, adaptadas a todos los públicos y niveles. El punto de partida, común en la mayoría de sus recorridos, se encuentra en Gautegiz-Arteaga, en el corazón del estuario, y las embarcaciones canoas y kayaks amplios, estables e insumergibles garantizan una travesía cómoda y segura.
1. Descenso guiado: un viaje entre cultura y naturaleza
El descenso en canoa con guía es la opción perfecta para quienes quieren descubrir no solo la belleza natural del entorno, sino también su historia. Durante unas dos horas y media, el recorrido entre Gautegiz-Arteaga y la playa de Laida se convierte en una clase viva sobre la cultura marítima de la comarca: las antiguas tejeras y astilleros, los molinos de mareas que aprovechaban el flujo del agua, los ecos de una tradición pesquera que aún late en los pueblos cercanos.
El guía, profundo conocedor de la zona, marca el ritmo y comparte anécdotas sobre las especies de aves que sobrevuelan los juncales o sobre los secretos geológicos de la ría. Es una experiencia ideal para grupos y familias, con una edad mínima recomendada de 8 años (12 si se participa de forma individual). El horario depende de las mareas, que determinan la dirección del descenso: a veces hacia el mar, otras hacia el interior, siempre al compás de la naturaleza.
2. Descenso libre: remar a tu aire
Para quienes prefieren la autonomía y la tranquilidad de remar sin guía, UR Urdaibai ofrece la opción del descenso libre. La ruta es la misma entre Gautegiz-Arteaga y Laida, pero el ritmo lo marca cada uno. Antes de partir, el equipo facilita una breve explicación sobre el manejo de la canoa, las corrientes y el itinerario. A partir de ahí, la ría es un escenario abierto en el que cada curva puede deparar una sorpresa: una bandada de cormoranes, un islote oculto entre juncos, un reflejo dorado sobre el agua al caer la tarde.
El recorrido, también de unas dos horas y media, transcurre por aguas tranquilas y resulta apto para principiantes. Es una forma íntima y pausada de conectar con el entorno, de detenerse a escuchar y observar sin prisas. Porque en Urdaibai el tiempo, como la marea, avanza a su propio ritmo.
3. Travesía en canoa: una jornada entre canales y playas
La tercera modalidad, la travesía en canoa, propone una excursión circular de una hora y media con salida y llegada en el pequeño puerto de Arketa, junto a las instalaciones de la empresa. Desde allí, la ruta bordea algunos de los rincones más emblemáticos del estuario: Kanala, Sukarrieta, Laida y San Antonio, con vistas privilegiadas hacia la bocana de Mundaka, cuna del surf vasco.
Acompañados de un guía experto, los participantes descubren el paisaje cambiante de la desembocadura: las dunas que protegen las playas interiores, los bancos de arena que emergen con la bajamar, las praderas submarinas donde se refugia la vida marina. Es una travesía ligera, accesible a partir de los 10 años, perfecta para familias o para quienes buscan una mañana diferente en plena naturaleza.
Un paraíso que se rema
Más allá del ejercicio físico o del componente lúdico, remar en Urdaibai es una manera de comprender el territorio. La ría, que serpentea desde Gernika hasta el Cantábrico, ha sido durante siglos eje de comunicación, sustento económico y escenario de historias humanas. Hoy, convertida en santuario de biodiversidad, se deja recorrer con respeto, ofreciendo a cambio una sensación difícil de olvidar: la de flotar en el equilibrio perfecto entre el agua dulce y la salada, entre la tierra y el mar.
Los itinerarios de UR Urdaibai están pensados para todos los niveles y se adaptan a las condiciones de la marea. Las salidas se organizan para grupos reducidos aunque las canoas pueden acoger hasta 64 personas por turno, y se ofrece material técnico para quienes desean un reto mayor. Todo el equipamiento necesario chalecos, palas, canoas o kayaks se incluye, y el trato cercano del equipo hace que incluso los más inexpertos se sientan a gusto desde el primer minuto.
Entre mareas y memoria
Al final del recorrido, mientras la canoa se desliza suavemente hacia la orilla y el sonido de las olas se mezcla con el de las aves, uno comprende por qué Urdaibai es mucho más que un paisaje. Es un ecosistema vivo, una lección de equilibrio y una invitación constante a mirar el entorno con calma.
La experiencia deja una huella doble: en los músculos, por el esfuerzo amable de remar, y en la memoria, por la serenidad que solo un lugar así puede ofrecer. Volver a tierra firme después de navegar entre marismas es regresar transformado, con la certeza de haber visto desde el silencio del agua el corazón mismo del País Vasco.
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