Pregunta. Después de unos meses ya girando, ¿todo es igual que en los primeros conciertos?
Respuesta. Por mucho que estés ensayando en el local semanas antes de subirte al escenario, luego nunca es lo mismo, porque cada noche es distinta. Algo que nos ha enseñado los años sobre el escenario es que hay que dejar un poco de margen para la improvisación, a la aportación de los músicos de la banda, porque eso hace que cada noche crezcan las canciones. Es curioso comparar las grabaciones de los primeros conciertos y compararlas cuando han pasado varias meses o un año, y darte cuenta de cómo ha cambiado la canción y cómo la banda la ha hecho sonar de otra manera. La música es un arte que está muy vivo y las canciones también están vivas.
P. ¿Cómo influye el público en esa vida de las canciones?
R. Yo personalmente en el escenario me nutro totalmente de la energía del público y dependiendo la vibración que tenga la gente que tenga enfrente, me afecta mucho. Es curioso, porque estar en un escenario es una sensación increíble, parece que estar flotando.
P. ¿Hay diferentes energías en unos u otros escenarios?
R. Yo creo que esto se nota sobre todo cuando estás empezando, cuando te enfrentas a un público que no conoce tus canciones. Ahora el público ya ha escuchado tus canciones y la reacción es más uniforme. Pero cuando estás empezando, es curioso porque en el sur la respuesta es más rápida; en cambio en el norte, aunque la primera reacción no sea una ovación de pie y te tengas que ganar poco a poco a los espectadores, una vez que a la quinta canción ya les ha gustado los tienes entregadísimos. Es cierto que en el norte somos más interiores.
P. Es decir, que Amaral ya tiene parte de la partida ganada antes de empezar a tocar…
R. ¡En absoluto! Aquí no se da nada por hecho. Hemos pasado año y medio metidos en el estudio, con nuestras paranoias. Cuando hemos terminado y hemos mezclado el disco, es cuando dices: ahora qué? ¿Les va a gustar o no? Ha pasado un tiempo desde el anterior disco y no sabemos si esto les va a llegar o no. La verdad es que la respuesta del público ha sido increíble y estamos sorprendidísimos y agradecidísimos.
P ¿En estos meses de tanto trasiego surgen también nuevas canciones?
R. La verdad es que sí. Nosotros componemos canciones porque lo necesitamos, lo hacemos todos los días. Te vas juntando con temas que reflejan diferentes estados de ánimo. En estos días Juan y yo siempre buscamos algún rato para compartir estas días.
Cuando aparece que algo tiene magia, enseguida lo vemos los dos. Nos gusta la música que tiene emoción, que tiene algo especial. Pasamos más de año y medio en el estudio con muchas dudas, hasta que Juan de Dios Martín (productor del disco) vino y nos dijo: “Lleváis ya mucho tiempo dando vueltas a esto, ¿qué pasa?”. Entonces nos dimos cuenta de que no teníamos canciones sueltas, sino un disco. Ahora disfruto mucho cantando las canciones nuevas. Me siento muy identificada con ellas y siento que reflejan el momento en el que fueron compuestas y el momento en el que estoy yo ahora (creo que hablo también por Juan). El público sintoniza muy bien con ellas y es muy emocionante.