Del 10 al 14 de noviembre, los Cines Golem de Azkuna Zentroa, en Bilbao, acogerán la decimoquinta edición de Zinexit, la Muestra de Cine y Derechos Humanos promovida por el Departamento de Justicia y Derechos Humanos del Gobierno Vasco. Bajo el lema no escrito que atraviesa toda su programación —el cine como herramienta de transformación social—, la muestra reúne cinco películas que interpelan de manera directa a la actualidad: la guerra en Ucrania, el drama de los refugiados afganos, el genocidio en Palestina y la exclusión de las familias monoparentales en España.
La cita se inaugura con In the Land of Brothers, de Raha Amirfazli y Alireza Ghasemi, retrato de tres generaciones de refugiados afganos en Irán que luchan por “estar en casa” en un país que los rechaza. Les seguirán Coexistence, my ass! —una radiografía amarga de la “coexistencia imposible” entre Israel y Palestina firmada por la directora Amber Fares—, y 2000 meters to Andriivka, del periodista y cineasta ucraniano Mstyslav Chernov, que documenta la guerra con una crudeza casi física. El toque local lo aporta Cuatro paredes, de Ibon Cormenzana, un drama sobre la vulnerabilidad de las familias monoparentales, antes de clausurar con el clásico de Orson Welles Sed de mal, presentado por la crítica y feminista Carmen Muñoz.
Cada sesión seguirá el formato de cinefórum, con coloquios en los que participarán periodistas, académicas y activistas. “Defender los derechos humanos también se construye desde la cultura”, recordó Arritxu Marañón, viceconsejera de Derechos Humanos, Memoria y Convivencia, durante la presentación junto al concejal bilbaíno Iñigo Zubizarreta y el programador Octavio González. “El cine tiene la capacidad de visibilizar injusticias y movilizar conciencias”.
Compromiso con las aulas
La muestra extiende además su compromiso a las aulas con Zinexit Eskola, que llevará el cortometraje Azerik eta Erbik basoa salbatzen dute a más de mil escolares de Primaria, y Bosa!, programa municipal que fomenta la diversidad y la convivencia en la ESO y los ciclos formativos, con títulos como Pequeño Sahara o Nuestra vida como niños refugiados en Europa.
En su quince aniversario, Zinexit reafirma su propósito fundacional: usar el cine como un espejo incómodo, pero necesario, para mirar lo que no queremos ver y preguntarnos qué papel nos toca jugar en la defensa de los derechos humanos. Porque, como recordaba Welles, “un plano puede contener una verdad”. Y esa verdad, durante una semana, se proyectará en Bilbao.
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