En relación a la expansión de las cualidades corporales que puede proporcionar la danza al cuerpo, también podemos señalar el desarrollo de la memoria corporal y espacial.

Una metáfora que refleja perfectamente la apropiación que nos proporcionan los cuerpos en el espacio que ocupan y que permiten, a través del uso de la coreografía, convertir al bailarín en un almacén de diferentes espacialidades. Una reflexión sobre el patrimonio industrial a través de un viaje arquitectónico danzado.

PROPUESTA CONCEPTUAL

El proceso de investigación parte del marco de la arquitectura pública y de cómo ha transitado a la renovación de espacios singulares en desuso. Un ejemplo de esto es la recuperación del patrimonio industrial en Bilbao, Sevilla y Barcelona. Unos edificios que nacen para la producción de almacenamiento. No se trata de macro construcciones enfocadas a la élite. Son los nodos de las nuevas urbes de principios de siglo. La vorágine de la Revolución Industrial modificó profundamente las texturas urbanas y estilos de vida de los seres humanos.

Los espacios industriales son testimonio de la tecnología y la vida de quienes trabajaron en ellos, convirtiéndose en hitos importantes en la historia de la Humanidad al señalar el poder de las personas para crear, destruir y modificar el medio urbano que les rodeaba. Todo ello constituye el llamado patrimonio industrial.

Actualmente el gran reto de las instituciones que trabajan por la conservación y defensa de este tipo de patrimonio es vencer los prejuicios sociales y hacer ver que los bienes de la industrialización también forman parte del patrimonio cultural y son dignos de ser conservados. Este proyecto se suma a la defensa del patrimonio industrial a través de la danza.