Desde noviembre de 2020, la región de Tigray, en el norte de Etiopía, ha sido escenario una guerra brutal que ha dejado más de 600.000 personas asesinas y unas 120.000 mujeres y niñas víctimas de violencia sexual sistemática. Esta guerra, marcada por crímenes de lesa humanidad, ha generado una crisis humanitaria olvidada por los medios.

Ante esta tragedia, la ONGD vasca Egoaizia ha ofrecido apoyo vital junto a organizaciones locales: distribución de alimentos, herramientas agrícolas y programas de resiliencia emocional. A través del ritual del café (Buna, en el idioma local), transformado en espacio terapéutico, muchas mujeres han comenzado a sanar sus heridas.

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