Pregunta. ‘No vengas solo’ es el título de su nuevo espectáculo. ¿Es para tanto el miedo que da?

Respuesta. Es una recomendación porque en algunos momentos vas a agradecer tener a alguien a quien coger de la mano. No es un montaje en el que se pasa miedo, pero habla del miedo, de aquellas cosas a las que tememos. El miedo es una fuerza universal, una fuerza que es capaz de mover a pueblos enteros. ¿Cuáles son los miedos universales? El miedo al dolor, a lo desconocido o a hacerle daño a otros. Sobre eso quiero hablar.  Además, también recomiendo venir a este espectáculo a quienes hayan iniciado una relación recientemente, porque será más fácil que les cojan de la mano. No es que el miedo esté de moda ahora, es que siempre lo está. Si tú miras la cartelera, muchas películas son de miedo.

P. ¿Y por qué nos atrae el miedo?

R. Como me explicó un amigo psiquiatra con el que trabajé para preparar este montaje, por varias razones, entre ellas la de la montaña rusa. Tú te montas en la montaña rusa con la certeza de que no te va a pasar nada, pero cuando empezamos a bajar a 180 kilómetros por hora siempre pensamos lo mismo:  ¿quién me habrá mandado a mí meterme en esto? Cuando la gente ve este espectáculo, sabe que va a pasar algo de miedo, pero sabe también que es un miedo controlado. Lo que sí me propuse es que lo que ocurra no ocurra solo en el escenario, sino en todo el teatro.

P. Antes de este espectáculo presentó ‘Más cerca’, un montaje que también va a representar durante estas semanas. ¿En qué se diferencian ambas propuestas?

R.  ‘Más cerca’ es una propuesta intimista, entretenida y cercana en la que hablamos de las casualidades que nos ocurren a todos cada día. ¿Qué es lo que buscamos en nuestro compañero de viaje? ¿Cuáles son los olores que más nos desagradan? ¿Las partes más sensibles de nuestro cuerpo? ¿Nuestros miedos más brutales que somos incapaces de superar? Es una propuesta divertida en la que la gente se ríe mucho. Quería buscar un montaje más de bolsillo, que no necesitara doce horas para ponerlo en marcha.

P. Por cierto, ¿sabe que la palabra ‘mentalista’ no existe en diccionario? 

R. Efectivamente, la palabra ‘mentalismo’ no existe. De hecho, la profesión en sí misma no existe. Yo me estoy quitando de esa palabra porque hoy en día cualquier persona que tiene una línea 806 o que echa las cartas es ‘mentalista’. Prefiero ser lo que soy: mago de la mente. Yo hago magia con los pensamientos de los espectadores; ‘magia de la mente’ es una definición más real. Yo soy un creador de ilusiones. Lo que yo hago y lo que tú ves no es lo mismo, no necesariamente es lo mismo. Y sin embargo yo vivo de lo que tú ves y no de lo que yo hago.

P. Se nota que pone pasión en lo que hace.

R. Jamás me metí en esto por dinero, lo hice por pasión. Tengo la inmensa fortuna de decir que estoy trabajando en lo que es mi pasión.