BIME ha cerrado su programación profesional con una edición que ha celebrado el poder del encuentro y la colaboración entre culturas. El Palacio Euskalduna de Bilbao ha acogido a miles de artistas, profesionales, instituciones y startups procedentes de todo el mundo, superando en un 20 % la asistencia del año anterior y confirmando el crecimiento del mayor foro de la música iberoamericana.

La conversación final entre Rubén Blades y el periodista Fernando Navarro ha dejado una de las estampas más memorables: el artista panameño ha ofrecido una clase magistral sobre historia, arte y compromiso. “No hay que respetar la opinión, sino el derecho a opinar”, ha dicho, reivindicando la palabra como herramienta de transformación.

El espíritu emprendedor también ha tenido su espacio con la segunda edición de Impacto!, dedicada a la inversión cultural responsable. Fundaciones internacionales y agentes del sector han debatido sobre el valor de la creatividad como motor económico. En este marco, la Startup Competition ha reconocido a Orphiq como proyecto ganador, símbolo de la alianza entre innovación y música.

La gala de los Reconocimientos AUPA! ha puesto el broche celebrando el talento y la valentía creativa. Amaia, Rufus T. Firefly, SOM Valencia y el compositor Manuel Alejandro han sido homenajeados en una noche de emoción y memoria musical.

Liderazgo femenino

Entre los momentos más inspiradores, destacan las conversaciones sobre liderazgo femenino, sostenibilidad y el auge de la música latina, con voces como Leire Martínez, Francisca Valenzuela, Leila Cobo o Nuria Net. Todas han coincidido en un mismo mensaje: el futuro de la industria pasa por la cooperación, la diversidad y la conciencia medioambiental.

BIME ha apostado, además, por la cercanía con la ciudad. Las salas bilbaínas se han llenado con showcases de artistas emergentes de ambos lados del Atlántico, mientras que el nuevo espacio Musik & Pintxos ha fusionado gastronomía local y música en directo, reforzando la idea de que la cultura también se comparte en torno a una mesa.

Con BIME Live, la música continúa tomando las calles de Bilbao, prolongando un eco que trasciende el festival: el de una comunidad global que entiende la creación como acto de unión y esperanza.