¿Qué tal está resultando la gira de presentación de vuestro nuevo disco?

Aunque parezca lo típico decirlo, está yendo mejor que nunca. Primero como concepto en sí de una apuesta a trío muy escueta pero que suena como un tiro y la gente está muy animada y con ganas de escucharlo en directo. Esperemos que nuestra cita el 30 de diciembre en el Azkena sea una fiestón.

Qué supone ‘Buenaventura’ en la trayectoria de Mäbu?

Supone la vuelta a los escenarios. Sin más. Somos una banda hambrienta de directos. Es donde mejor lo pasamos y tener un disco nuevo significa seguir vivos.

Quizá sea como disco, lo que más se acerca a nuestro ideal como sonido de banda. Un sonido que nos hemos currado mucho tiempo lo y que creemos que es como mínimo curioso.

Unos meses después de publicarlo, ¿cómo te suena el disco? ¿refleja el sonido que estabais buscando?

Totalmente

En vuestros inicios teníais incluso influencias digamos ‘cabareteras’ ¿Qué queda en el sonido actual de la banda de lo que érais hace seis años?

En un principio sigue quedando la frescura y la fuerza que María tiene cuando canta lo que compone. Quizá nos hayamos deshecho un poco de aquel aspecto lúdico que tenían algunos de nuestros temas en discos anteriores pero es reflejo del momento que vivimos ahora.

Hacemos música para limpiar nuestro corazón. Y en esta ocasión sale lo que sale.

Personalmente, ¿de qué fuentes musicales has bebido para llegar a este punto actual?

De millones. Seguramente haya mucho de Mocedades,Sergio y Estibaliz, así como de Joni Michell, Feist, Robert Plant, Disney, Spice Girls... Así que imagínate.

Viviendo y trabajando en Madrid, ¿se echa de menos Bilbao?

Muchísimo. Sobre todo la playa de Sope.

Volveremos para quedarnos seguramente. Pero eso será dentro de muchos años.