Pregunta. Dicen que cuando empezasteis con esta función, os daba un poco de vergüenza decir cien veces la palabra ‘vagina’. ¿Ese sentimiento se ha ido atenuando con el tiempo?

Respuesta. Ese peso se ha aligerado del todo. En algunas localidades algunos espectadores sienten reparo y les cuesta entrar. Nosotras en cambio a fuerza de repertirlo decimos ‘vagina’ como si dijéramos ‘mano’. Les cuesta familiarizarse con esa palabra, pero luego el público entra enseguida.

P. Ése es uno de los objetivos de la obra. ¿Lo cumple?

R. En esta obra se habla con total naturalidad sobre la sexualidad femenina. Lo cumple durante la hora y cuarto que dura la función, pero pienso que fuera de la escena aún existe mucho miedo a hablar de ese tipo de temas.

P. ¿Se percibe que la obra está basada en hechos reales?

R. Algunos textos son tan disparatados, que se te hace difícil creer que son verdad. Pero en otros casos, en los que tienen un punto dramático como la violación de una mujer de Kosovo o cuando hablamos de la violación, no quisieras creer que es cierto. Pero lo sabes y eso te ayuda a dar credibilidad al texto, porque sabes que ha habido una mujer que ha vivido eso. Creo que el público sabe que la obra es ficción, pero debajo existe una realidad.

P. ¿Cómo animarías a los hombres a que vean esta obra?

R. Lo primero, porque van a pasar un rato agradable. Está claro que la vagina es un tema que corresponde exclusivamente a las mujeres. Pero los chicos también tienen una gran relación con ella, ¡para empezar porque salieron de ella! Además, siempre está bien saber algo más un determinado tema.

P. Esta obra se ha representado en muchos países. ¿Tienen las palabras el mismo peso en todos los idiomas?

R. Vi la versión en castellano ante de hacer la de euskera y es curioso porque, aunque es mi idioma materno, me cuesta más decir algunas cosas en euskera. Quizás sea porque no estamos acostumbrados a hablar sobre esos temas.

P. ¿Cómo es la relación que surge entre Ainhoa y tú?

R.  A Ainhoa la conozco desde hace tiempo. Estudiamos juntas en la Universidad. La conocí en un examen de Derecho Romano y mira dónde hemos coincido ahora. Hay una enorme química entre las dos, tanto profesional como en el plano de la amistad. Hace un gran trabajo actoral y eso es de agradecer, porque me siento acompañada. En lo personal es un regalo tener la oportunidad de enfrentarte a un trabajo como este con una persona con la que tienes tanta confianza.

P. ¿Se podría escribir una obra similar basándose en las experiencias de las mujeres que conoces?

R. ¡Sí! ¡Si tomáramos las experiencias de cada una, se podría escribir un montón de monólogos más! Es un tema tan de cotidiano, tan de siempre y tan cercano…

P. A veces no hay que ir muy lejos para hacer teatro, ¿verdad?

R. Así es. La gente quiere ver situaciones en las que se sienta reflejada, por ejemplo, cómo viven otras personas la sexualidad. Es un tema de todos y por eso atrapa al público desde el principio.